jueves, 20 de junio de 2013

DON JULIÁN BESTEIRO


Santo laico socialista
de honradez acrisolada,
aguantó la dentellada
de la fiera ya prevista.

Con su ala socialdemócrata
rebasada y desbordada
él llevó vida apartada
y cargó con la derrota.

Asumió que un responsable
debía compartir suerte,
e inclusive hasta la muerte,
con su Madrid indomable.

Fue quien presidió la Junta
de Segismundo Casado
y el derrumbe negociado
de República difunta.



Él sabía de antemano
la Democracia perdida,
la República barrida
y todo ido de la mano.

Y lo expreso claramente:
“¡Si la República gana
la tiranía se allana,
y en eso soy consecuente!”.

“¡Se implantará el comunismo
en el ámbito de España,
y el oponente no engaña:
él implantará el fascismo!”.

“Así que gane quien gane
la sagrada Libertad
sufrirá gran mortandad
y huyendo se nos desvane”.

Y fue en sótanos de Sol
donde esperó en un camastro
la detención en que al astro
de igualdad fundió el crisol.

Y cuando el fiscal Acedo
le habló del oro de España
se le removió la entraña
y en eso no cedió un dedo.

“Diciendo el oro de España,
en las cárceles  se encuentra
y en los brazos se concentra
de la juventud con saña”.

Y en la cárcel de Carmona
mártir de la Libertad,
en soledad y orfandad
Besteiro ciñó corona.