Fue un águila
capturada
por don Felipe Segundo,
por don Felipe Segundo,
el señor de medio
mundo
por su mano gobernada.
Y el águila fue
entregada
a su pintor Juan
Pantoja,
que la pintó ave coja,
y a partir de aquel
instante
la España de alba
radiante
se columpió en cuerda
floja.