decorando la faz de esta mi mesa,
valladar defensor es de mi
empresa
de mi engaste y proceso de mi
ajuste.
Del caos abomina sin que asuste
deslumbrante diadema de princesa,
y en el orden acoge sin sorpresa
cualquier joya impensada aunque
no guste.
Sobre ella se proyecta mi mirada
y el recuerdo de luz de la redoma
y tú, ancestral y atávica
madera.
En versos del poeta eres cantada
antes de que la incuria y la
carcoma