Apareció el amor de pronto un día
inesperado, y nos entró
de frente
y vimos al unísono a
la fuente,
que nuestra sed de amor la saciaría.
Agua cristalina en tu
fuente y mía,
ofrendada de forma
diferente
y escanciada en tal
forma sugerente
que todo inundó de fe
y armonía.
Se abrió el horizonte al amor conjunto,
fuego ígneo abrasador
hecho luz,
ilusos pensando eterno
al amor,
que siempre está vivo
y nunca es difunto
y ríe risueño visto al
trasluz
de una flor mustiada y
ya sin olor.