Es burda y torpe
mentira
decir que el hombre no
llora
si el desamor, largo
estira,
y lo mira y lo remira
y alejado de él se
escora.
Llantos que en la
madrugada
anegan de agua los
ojos
donde un hueco de
almohada
nos muestra
desvencijada
una cama de despojos.
Sentir ausencia de
besos
y unos dedos que
acarician
y rastros de amor
impresos
de lo que ya son
decesos
de amores que se
malician.
Bañar el sudor la
frente
y estar las manos
crispadas
y ver que muerto y
yacente
vive un amor que
durmiente
da voces desesperadas.
que en el corazón se
vierte
cuando la mujer amada
que ha sido idealizada
se aleja y nos da la
muerte.