Mi mulilla torda
el trillar lo borda,
ondula la parva,
resopla y escarba.
Atenta a mi voz
jamás da una coz,
es dócil y mansa
y nunca se cansa.
Feliz mi mulilla
le gusta la trilla,
el olor del trigo
y el trillar conmigo.
Y en el acarreo
nunca da un rodeo,
sabe que la paja
brillará en su caja
para su alimento
y su anual contento
en el largo invierno,
que resulta eterno.