viernes, 21 de junio de 2013

ACEPTO UN TRABAJO DE LO QUE SEA

                                                                                                          A Pablo

Pulcro y limpio se aposenta en un banco
con un cartel que sobre un tronco posa,
gente y pisadas, ni el viento y la rosa
paran a leer su letrero blanco.

 Con otros malvive en un sotabanco
desde donde otea vida azarosa,
suerte adversa con él va y lo desposa
y zarandea y lo lanza al barranco.

En la cincuentena y fue un adalid
y directivo de una gran empresa
solvente que se ubicaba en Madrid

a la que arrastró la humareda espesa
que descabalga a cualquiera en la lid
y lo asfixia y lo reduce a pavesa.