jueves, 20 de junio de 2013

EL VIENTO AMOROSO DE CENICIENTOS

El viento se decolora
y despinta la mañana.
¡Muchacha que en tu ventana
la cara se te acalora!.

El viento de Cenicientos
es propicio en el amor
y tu muchachita en flor,
modera tus ardimientos.

Los amores y los mozos
son locos e irreprimibles,
y se hacen los posibles
para ser lecho de gozos.

No hay que correr demasiado
en la amorosa carrera,
ponle al mozo una barrera
pues se vuelve espiritado.

Sin reposo y sin sosiego
no se piensa en otra cosa,
mas que en la moza y su rosa
y todo es desasosiego.

Ardimiento de una zarza
consumida por el fuego,
es del mozo el amor ciego
viendo en la moza una garza.

Garza que vuela en las Peñas
impulsada por los vientos,
demudada y sin alientos
va bajando por las breñas.

Se posa sobre la plaza
entre un revuelo de faldas
en las noches esmeraldas,
bailables de la terraza.

Juntas las mozas y mozos
y un tremolar de alegría,
de imparable algarabía,
de juventud y de gozos.

Y no rebasando extremos
el amor correspondido,
ni prestado ni vendido
es de los bienes supremos.