jueves, 20 de junio de 2013

MI NIÑEZ DE FANTASÍA ME LLEVÓ HASTA EL ROMANCERO


Mi niñez de fantasía,
soñando mundos de gesta,
Babieca y Tizona presta
para el Cid que combatía.

Ser su heraldo y escudero
y alférez de su estandarte
y combatir de su parte
siendo armado caballero.


 Y oírle en Santa Gadea
tomarle al rey juramento,
y un Alfonso descontento
llamarle mala ralea.


Y partir para el destierro
con los demás caballeros,
por los páramos cetreros
entre un silencio de entierro.

Y pedir agua a la niña
embotados y sedientos,
y cobrar nuevos alientos
en desolada campiña.


“Oh Cid, darte yo no puedo
el agua que tú me pides,
tú juzga y luego decides
el desamparo en que quedo.

El rey nos manda y ordena
ni un jarro de agua darte,
y quien tu suerte comparte
es de muerte la condena”.

Y con el Cid su mesnada
en silencio nos partimos,
y con valor nos abrimos
el paso con nuestra espada.

Y baluartes y murallas
y torreones y almenas
y de los moros colmenas
tomamos en las batallas.

Y en mis sueños mi presencia
junto a Mío Cid estaba,
y junto a él yo luchaba
hasta conquistar Valencia.