jueves, 20 de junio de 2013

PANIGEBRE Y EL GUARRO DE LA VEZ

Costumbres decimonónicas de Cenicientos con sus porqueros infantiles.




Confluyendo en enclave de caminos
lo acaparan los soles y las brisas
donde flotan airosas las camisas,
de agujas forestales de los pinos. 

Por siglos allí hozaron los gorrinos,
que calmosos gruñían y sin prisas
comían sin señales ni divisas
 al cargo de porqueros de cochinos.

Con los guarros formaban un rebaño
del angosto cubículo en las casas,
que en Panigebre ultimaba su crianza.

De un ciclo repetido año tras año
socarrado después entre las brasas
festivas del día de la matanza.