Ante opción de elegir
prefiero a un malo antes que a un tonto:
de el malo es disentir
y con el tonto soy yo quien me atonto.
De un malo es un ir e ir,
De un malo es un ir e ir,
y el tonto vestido con su simpleza
se empeña en discutir
y me aguarda un gran dolor de cabeza.
El malo deja caer
El malo deja caer
cuantas insidias se
apropia o inventa,
y yo en mi descreer
le digo que a otro con esa cuenta.
Y el tonto se me pega
Y el tonto se me pega
cual cilicio espinoso en el costado,
y no se me despega
hasta que su mala baba ha volcado.
Del malo los argumentos aumenta
Del malo los argumentos aumenta
este tonto malvado,
y multiplica, suma y acrecienta
lo que otro ha
propalado.
Y se apoya en el viciado argumento
Y se apoya en el viciado argumento
de “lo dicen las gentes”,
e invenciones falaces son tormento
de personas decentes.
Y avienta su “el calumnia que algo queda”
Y avienta su “el calumnia que algo queda”
de una criba cernido
en puerta de la persona agredida
obra de un mal nacido.
Y estas prácticas sucias y comentos
Y estas prácticas sucias y comentos
ampliamente extendidas,
son vicios que campan por Cenicientos
de mentes retorcidas.
