A mi padre fue y llamó
un maestro con viñedos,
que contaba con los dedos
números que no mamó.
Y muy firme declamó:
- Al muchacho nunca lleves,
ni con soles ni con nieves
al trabajo de las viñas,
ni a recogida de piñas,
ni a los trabajos más leves.
- Que a la Escuela nunca falte,
siempre le quiero en la clase
y la lección la repase
en casa y no se la salte.
Lo importante lo resalte,
pues para el estudio vale,
anímale siempre y dale
tu absoluta confianza
y mantenga la esperanza
y otra posición escale.
Tan buenas disposiciones
por el maestro aducidas
fueron luego desmentidas,
por posteriores acciones.
Conclusión de conclusiones,
pues llegado el mes de enero
el maestro vinatero
contrató para sus viñas
y recogida de piñas
al escolar jornalero.