En el balcón de la cumbre,
en la cima de la Peña,
mi espíritu vuela y sueña,
cuando aparece el vislumbre.
Gira el sol sobre los pinos
y se extiende por la Mancha,
la mente lúcida ensancha
aunando tantos caminos.
No hay visión equiparable,
y conozco Guadarrama,
las riberas del Jarama
y el buen Lozoya potable.
En la zona sudoeste
donde nuestro pueblo asienta,
solo nos falta una venta
en la zona más agreste.
Refugio de caminantes
y cuantos vagan sedientos,
tras la Estrella de los vientos
de quijotescos andantes.