A mis padres
En las ardorosas tardes de siega
y en las no menos de agobio de trilla,
surcaba el cielo la
franja amarilla
y el cansancio se
batía en repliega.
La manta extendida el
mantel despliega,
y el suelo era nuestro
asiento de silla,
y en la tarreña está
la maravilla
cuya visión nos inunda
y anega.
La pueblerina cuchara en madera,
en la tarreña el humilde gazpacho,
la paz sublimando la
parva en la era,
y uncidos triscan la
mula y el macho
y un lienzo que
enmarcó y fue la frontera