jueves, 20 de junio de 2013

EL GAZPACHO DE LOS POBRES

A mis padres


En las ardorosas tardes de siega
y en las no menos de agobio de trilla,
surcaba el cielo la franja amarilla
y el cansancio se batía en repliega.

La manta extendida el mantel despliega,
y el suelo era nuestro asiento de silla,
y en la tarreña está la maravilla
cuya visión nos inunda y anega.

La pueblerina cuchara en madera,
en la tarreña el humilde gazpacho,
la paz sublimando la parva en la era,

y uncidos triscan la mula y el macho
y un lienzo que enmarcó y fue la frontera
de infancia pobre y feliz de un muchacho.