Nunca hubo un día mejor
que el del toro en Cenicientos,
la Virgen va en procesión
entre coruchos toreros.
que el del toro en Cenicientos,
la Virgen va en procesión
entre coruchos toreros.
Se sientan en su escaño, comienza la corrida,
con atuendos azules, los miembros de “La Jaca”
y en rostros juveniles, ojeras de resaca
que resaltan el rojo, de “La Fuerte Movida”.
El sol marcha al ocaso, crisol de ascua encendida,
en los tendidos trémolos suenan de alharaca
en los tendidos trémolos suenan de alharaca
y en su funda impaciente el acero de la faca
del espada en el ruedo, entre la muerte y la vida.
Transcurre la corrida con sucesión de lances,
las peñas acompasan y aclaman las faenas,
la lámina del toro, su estampa y su braveza.
Olés al magisterio y el grito ante percances
son germen de los coruchos en cosos y arenas
son germen de los coruchos en cosos y arenas
que en defensa hacen gala, del toro en su pureza.