Veo al genio en los andamios subido
con el papa azuzándole
constante,
pintando el alba del
nacer radiante
del hombre creado y
por Dios nacido.
Concentrado y en la
labor sumido
en crudo invierno, el
frío penetrante,
en verano, con calor agobiante
y su arte liberado y
conseguido.
de lo creado la vida
aparece,
unido a la grandeza de
su nombre,
desfilando el Antiguo
Testamento
mostrando su pincel y
su talento,
y el eco inolvidable
del gran hombre.