San Antonio a quien vemos humilde y solitario
nunca viendo al
corucho pararse en tu hornacina
y pasando de largo,
derecho se encamina
lo más cercano posible
al centro del sagrario.
Por ti no recuerdo
repicar el campanario
ni nunca Cenicientos
penitente camina
como por el de El Tiemblo
trasnocha y peregrina
y van sus pies llagados,
en suplicio y calvario.
Santo de
Padua percibiendo olvido y agravio,
te vas viendo disminuido,
encogido y menguado
por nunca prestarte
atención ni darte importancia.
Por ti una
peregrinación yo haré en desagravio
y un favor te pediré, orante
a ti venturado,
que seguro se hará a
través de tiempo y constancia.