La columna
vertebral del Estado
que
vertebra toda tienda pequeña,
desesperada
nadando se empeña
en
no ser funeral del ahogado.
Es un barco que
haciendo aguas, varado,
recuerda
que antaño fue el santo y seña
y
del vecindario el faro y la enseña,
del
pueblo español muriendo hambreado.
El tendero
superior en peldaño,
de familias sabía y sus hambrunas
y
del cainita rencor soterrado
que al
sojuzgado y hambriento rebaño
de
agónicos días y noches brunas,