A mis primos Pablo y Margarita,
que han consagrado su vida a la Cruz Roja.
Dar y ofrecer nuestra sangre gloriosa,
libremente por costumbre adquirida,
como un balsámico sobre una herida
esparcido por bálsamo de rosa.
Vuela con sus alas de mariposa
ganándole a la muerte la partida,
en liza por mantenernos con vida
es manantial manando generosa.
Es ofrenda hecha con fe y entusiasmo
de un torrente caudal de nuestras venas,
esta roja y vital hemoglobina.
Que verla circular produce pasmo,
la extracción no la sentimos apenas