A Lázaro Carmona
Lázaro un toro brindó
al gran Sebastián Palomo,
grandes cuernos y ancho lomo
que en Las Ventas
toreó.
Con pureza ejecutó
la suerte de recibir,
y al toro logró abatir
sin golpes de verduguillo,
y paseó en el anillo
una oreja al bien herir.