A Alexandr Soljenitsin
Nunca a los soviets cantó
ni exaltó o cantó al tirano,
y en su verso cotidiano
una ética se implantó.
Contra el tirano apuntó
con su prosa y con su rima,
y sumergido en la sima
de la tundra siberiana,
sobre la helada sabana
Ósip murió en el Kolima.