
Pobrecitos los bueyes
llevando el carro,
sucios de barro
y de zaragüelles.
Los bueyes van uncidos
tras del carrero
por el sendero
de ánimos de vencidos.
Los sacos llevan llenos
llenos de trigo,
que es buen amigo
de cebada y centenos.
Por las calles se adentran
y se han parado
frente al doblado
donde los sacos entran.
Colmada la trojera,
molido el trigo,
carro es testigo,
de su triste carrera.