
Las peñas uniformadas
alegrando los tendidos,
ocupando están las gradas
con variopintos vestidos.
Tocando están sus charangas
y en el aire sus compases,
lo entonan entre bullangas
hoy no torean los ases.
Por ser corrida de
toros
hay división de opiniones,
y con sus cantos sonoros
se aturden los gorriones.
Sin embargo, ¡qué gran fuerza
le están prestando a la fiesta,
que se anima y se refuerza
en estos tiempos de siesta!
Solo una vez en la vida
la juventud acompaña,
y una vez que está abatida
cuesta abajo nos engaña.

Por eso me alegra tanto
ver las peñas a mi paso,
de los toros es encanto
y anima en el ocaso.
Como en mis tertulias saben
que yo soy de Cenicientos,
no hay lugar donde no alaben
toros vinos y momentos.
Y cuantos miembros integran,
saltarines o a pie quieto
las peñas que nos alegran,
se merecen un respeto.
