Del toro fue el más genial
que integró el escalafón,
de la simpatía el don
y su bondad proverbial.
La calva brillando al sol
y en el tórrido verano
con Joselito, su hermano,
los dos bajo un parasol.
Y muy joven todavía
decía el señor Fernando
cuando estaba agonizando:
"¡Gabriela, tu pan del día
lo ganará Rafael;
sé que yo ya pronto muero
pero no me desespero,
un gran torero hay en él".
Fue un artista desigual
con su carga de manías,
sus frecuentes apatías
que no tuvo un parigual.
Mas como él siempre decía:
"Es siempre imposible ser,
torear y parecer
un genio día tras día".
"Que tengo una mala tarde,
sé que me perdonarán,
y el papel acabarán
y por ello harán alarde".
Bombita fue su padrino
que le propuso inductor,
tener rango de doctor
diciéndole: "¡Éste es tu sino!".
