Por los senderos de luz agua y sombra
te acercas amor, y sonriente vienes,
nos meces uncidos a tus vaivenes
siendo a veces dosel y otras alfombra.
Dichosa y feliz la voz que te nombra
y confortas la frialdad de sus sienes,
y ese poder atractivo que tienes
deslumbra y atrapa, ciega y asombra.
Amor tú que naces en el misterio,
fecundas y nos endulzas la vida,
contigo no sirve de magisterio.
No hay libros, cine, o docta asignatura,
ni de toda la experiencia adquirida
que nos salve a veces de tu amargura.