jueves, 20 de junio de 2013

LA URRACA

Un muchachito atrapó
una urraca en su ballesta,
y la cogió por la cresta,
y al momento desplumó.

La pobre urraca quedó
como el culo de un bebe,
y se preguntaba, “¿Qué…?,
¿Qué demonios me pasó?”.

El muchachito intentó
hacer volar a la urraca
y a golpes con una estaca
a la picaza atontó.

A la urraca contempló
allí postrada en el suelo
y al no remontar el vuelo
en su casa la encerró.

Y en la jaula la internó
y allí la fue alimentando
y su plumaje iba echando,
y paulatino creció.

La urraca se enfureció
de verse en tan largo encierro
y el muchachito al destierro
la condenó y expulsó.

Esto a todos nos pasó
cuando nos traban con grillos,
que aun siendo áureos los brillos
nuestro espíritu voló.