Fue un descubrimiento magnifico y deslumbrante
igual o parecido al
hallazgo del Atlante.
El anillo mágico que
todo lo curaba,
igual nos pasó cuando
el local se iluminaba.
Allí frente a nosotros
estaba la pantalla,
y que desvelaría el
secreto cuando estalla.
Después de la sorpresa
sonó una campanilla,
con luces que se
apagan y al fondo algo que brilla.
Brotó la música, y
tierras verdes y feraces,
y un tropel de
guerreros agrestes y rapaces.
Fiordos entre
angosturas, y muchos grandes barcos
y un mar azul intenso,
con diosas en sus marcos.
Y nosotros niños de tierra
adentro, allí el mar
tornasolado, e inmenso, incitando a mirar.
Grandes aguas mecidas
por corrientes tranquilas,
igual que en nuestros
prados sonaban las esquilas.
Después vimos saqueos,
incendios, violaciones
compasión, y un amor y
una ambición desmedida
el vuelo de un halcón,
y en la popa ejecuciones
y grabamos indeleble:¡que
así era la vida!