jueves, 20 de junio de 2013

JOSÉ GÓMEZ ORTEGA


“Si un toro ha matado a Gallito a todos nos sucederá lo mismo”
( comentarios de los toreros)

Su existencia fue consagrada por y para ello
como leña del monte, nacida para el fuego,
o el agua deslizante, que mana para el riego,
y hacer del toreo la luz solar del destello.

Rindió a su arte un culto, conjugación de lo bello,
con su hondura juvenil de un entregado entrego
con aficionados en un parpadeo ciego,
soñando si tanta sapiencia era un atropello.

Todos los toros bravos o mansos le servían
aplomados, y cuantos fieros acometían,
y siendo un as entre los grandes banderilleros;

comparado a Romero y a Paquiro y Guerrita
nos cuentan las crónicas y sus logros escrita
que en su era fue proclamado el rey de los toreros.