A la Virgen llevamos
flores en mayo,
con ramos olorosos
sobre el costado.
¡Aleluya!
En tiempos no lejanos
brazos llevaban,
y acogiéndola en casas
daban posada
¡Aleluya!
Por ser bajos dinteles
estrechas jambas,
corona de la Virgen
se bloqueaba.
¡Aleluya!
Empleaban ardides
coruchas mañas,
y opiniones diversas
hasta que entraba.
¡Aleluya!
Era la embajadora
la designada,
con cartas credenciales
que entraba en casa.
¡Aleluya!
Mas su puesta de largo
de baile y fiesta,
es el quince de agosto
con el que sueña.
¡Aleluya!
Siendo el roble vigía
su centinela,
la Virgen en su ermita
gobierna y reina.
¡Aleluya!