A la Dra. Dña. Lucía Guillén Abásolo
Cual los pétalos de rosa
cuya fragancia acaricia,
sus manos son la delicia
volátil de mariposa.
Cuando sus dedos los posa
sobre mi desnuda encía,
mi boca, estancia vacía,
queda amueblada de dientes,
por las artes competentes
de la doctora Lucía.