me
cantaron en la cuna,
y éste es
el canto que escucho
cuando la Virgen me acuna.
Cánticos
de mis mayores
que a su
Virgen la cantaron,
cuando la
llevaron flores
o al Hijo
procesionaron.
Y en el año de la peste,
nos habla
una tradición
que hubo
una visión celeste
ante el
Hijo en oración.
Y las llagas purulentas
prontamente
se alejaron,
y las
gentes cenicientas
la vida
reanudaron.
por sus coruchos amados,
que la
siguen en su estela
de fieles
enamorados.
Que
depositan sus hijos
en las
andas que la llevan,
y portan
sus crucifijos
y los
cantos se renuevan.
Viven su fe sin matices
de humanos ideales,
de políticos barnices
o atesorados caudales.
En
ella vemos la Madre
que nos
disculpa y perdona,
y junto
al Hijo y al Padre
nos
recibirá en persona.
Que
abogará nuestra causa
ante el
Alto Tribunal,
y seguro
que sin pausa
nos
señalará un sitial.
Sopesará
la balanza
medidora
de pecados
y nos
dará su esperanza,
¡no temed
mis bien amados!
Ciertamente
no tememos
Virgen del Roble bendita,
Virgen del Roble bendita,
y al nacer
te conocemos
en la
Iglesia y en tu Ermita.
Allí te llevamos flores
mediados del mes de mayo,
entre
divinos amores
y algún
ligero desmayo.
Y
en la tarde pura y santa
se oye
una voz inefable
que
mientras te adorna canta,
como a
Madre venerable.
Y
en el dialogar interno
que
mantenemos contigo
eres
regazo materno
abierto siempre el postigo.
Y en los días de aflicción
abierto siempre el postigo.
Y en los días de aflicción
envueltos
en la amargura
pedimos con devoción,
alejes la
desventura.
Y en los
días bonancibles
serenos
de viento calmo
en tus
rasgos apacibles
brilla
belleza de salmo.
La
sobriedad castellana
nos
plasma y caracteriza,
¡Oh, Divina Soberana
¡Oh, Divina Soberana
tu visión
nos humaniza!
Nunca hacemos aspavientos
en tu
procesión sencilla,
el corucho Cenicientos
el corucho Cenicientos
es
semillero y semilla.
Te
acompaña en tu novena
y te reza
en tu rosario,
y en tu
alegría y tu pena
es
campana y campanario.
¡Las coruchas laboriosas
¡Las coruchas laboriosas
te
hilvanan un nuevo manto
con los
pétalos de rosas
enjugador
de tu llanto!
Nuestros rezos y plegarias
Nuestros rezos y plegarias
solemnizan
en tu faz,
sin lágrimas funerarias
cuando un
alma parte en paz.
Son
tus coruchos devotos
tus
asiduos concurrentes,
cuando
van tristes y rotos
llenas de
arrugas las frentes.
Te
solicitan trabajo
o mejorar su salud
y tú mirando hacia abajo
y tú mirando hacia abajo
les
disuelves su inquietud.
Y sobre el piélago de almas
que nos
tienes asignado,
lago de
sosiego y calmas
nos mantendrás a tu lado.
nos mantendrás a tu lado.
Eres
nardo y eres rosa
divinizado capullo.
divinizado capullo.
Madre de
Jesús gloriosa
que le
cantaste en arrullo.
¡De Cenicientos Patrona,
de su
Iglesia su estandarte
a ti
Divina Matrona
soy
fervoroso al cantarte!