Después del amor la calma,
después de la calma el
beso,
después laxitud del
alma
siguiendo un sutil
proceso.
Tibieza de los
sentidos,
tibieza desprende el
lecho,
atenuación de latidos
que emanan de nuestro
pecho.
Y después nos vence el
sueño,
en tu pecho marfileño
sé que sobre un cielo
duermo.