jueves, 20 de junio de 2013

EL CÍNGARO Y EL OSO

Un cíngaro y su pandero
y su oso con argolla
en un día de febrero
sin ambiente verbenero
armó batalla de Troya.

El torpe oso danzaba
sobre el firme de una acera,
y con las zarpas tomaba
cuantas monedas lograba
alcanzar a la carrera.

Las monedas disputaban
unos golfos madrileños
que al oso le arrebataban
y al cíngaro le abroncaban
como en lienzos velazqueños.

Acumulado un gentío
llegó un guardia de la porra
y entre un fuerte  griterío
el oso rabioso y frío
al guardia quitó la gorra.

La autoridad despojada
del símbolo del poder
con una mano enguantada
le arreó una bofetada
así como sin querer.

Mas los golfos entre tanto
aprovechando el tumulto
en los bolsillos quebranto
les producían espanto
a carteras y a su bulto.

Y descubierto el despojo
entre asombro y parpadeo
el guardia bizcaba rojo
y el cíngaro en su acongojo
blasfemaba en arameo .