Usos, fiestas y costumbres de Cenicientos
En los pueblos la raigambre
que se cuentan en las lumbres,
mientras saciamos el hambre.
Carecemos de memoria,
de datos y documentos,
clarificando la historia
de los mágicos momentos.
Fiestas de origen pagano
fueron todas adoptadas
por el despertar cristiano,
aunque siempre atenuadas.
Es nuestra fiesta la Nava
de tiempos inmemoriales,
después que Jesús desclava
Es al sábado siguiente
del resucitar de Cristo,
el guisado consiguiente
salvo que surja imprevisto.
Hay alegría en las casas
donde reina el optimismo.
Los flanes, las uvas pasas,
hoy no cabe el pesimismo.
Humean las chimeneas
y hay risas en los fogones,
mar abierto sin mareas,
fomentar las tradiciones.
La casa por la ventana
se tira si es necesario;
no importa, tal vez mañana
se nos pare el calendario.
Relumbre dan las tortillas
y filetes empanados,
arroz con leche, natillas,
y abundancia en todos lados…
Y amaneciendo el domingo
entra el pueblo en erupción,
bien vestidos o de pingo
cada cual con su elección.
Unos prefieren el coche,
y hay eternos caminantes
que en calzado hacen derroche,
en el caminar constantes.
Hay destinos para todos,
unos marchan hacia el Hoyo
donde existen acomodos
que nos brindan un apoyo.
Otros plantan sus manteles
en la cumbre de la Peña,
coronada de laureles,
nuestra identidad y enseña.
Y volvemos a ser niños
con los juegos de la infancia,
con la tez de los lampiños
sin marcarnos la distancia.